En primer lugar, la realización de una iniciativa de crowdsourcing lleva unos costes asociados:
- Implicará inversiones tanto de tiempo como de energía en plataformas que permitan la organización para aprovechar de manera efectiva la información proporcionada por la multitud. Ni que decir tiene que, en los casos en los que no se usa una plataforma ya existente, como Amazon Mechanical Turk o InnoCentive, la creación de una (o el diseño de una web desde donde la multitud pueda participar) implicará unos costes mayores.
- En aquellas iniciativas que requieran la participación de una comunidad online, puede aparecer un coste temporal importante que puede retrasar el lanzamiento de cualquier iniciativa de crowdsourcing: si esa comunidad no existe previamente, habrá que, con tiempo, dedicación y cuidado, crearla y mantenerla (una de las partes más difíciles).
Con respecto a las aportaciones realizadas por la multitud, aparecen 4 claros problemas:
- La ley de Sturgeon esta totalmente presente. Esta ley, derivada del principio de Pareto, indica que el 90% de todo es basura. Así, cuando la multitud participa en iniciativas decrowdsourcing, muchas de estas participaciones suponen información de escaso o nulo valor o relevancia. Obviamente, toda la información debe ser filtrarla, lo que implica un coste temporal importante.
- Problemas derivados de la propiedad intelectual. Aunque dependerá de cada iniciativa, lo normal es que la propiedad intelectual se la quede el crowdsourcer (Fiat Mio, que utilizó una licencia Creative Commons es una excepción). Ahora bien, en el caso de iniciativas en las que muchos usuarios aportan soluciones, digamos por ejemplo diseños de un logo, ¿de quién serán los diseños rechazados? Esto, obviamente, se arregla indicándolo en las condiciones de participación claramente.
- No existen garantías de que el producto final resultante (ya sea la realización de una tarea o la solución a un problema) tenga la suficiente calidad o sea lo suficientemente eficaz.
- Relacionado con la calidad de las aportaciones del crowd, un hecho que se da en ocasiones es que los usuarios hacen trampas. Por ejemplo, en el caso de una tarea que sea la traducción de un párrafo del castellano al inglés, lo que hacen algunos es utilizar traductores online y presentar la traducción obtenida como propia (traducción que suele ser de baja calidad). Obviamente el crowdsourcer no tiene porque recompensar este tipo de aportaciones.
Según algunos autores, existen también algunos problemas éticos asociados al uso del crowdsourcing:
- Wexler (2011) afirma que los que promueven las iniciativas de crowdsourcing, muchas veces buscan distanciarse de los expertos y profesionales a los que ven como estáticos, contrarios al cambio, y los cuales implican un coste importante. El problema no está en tratar de alejarse de los expertos en favor de la multitud, buscando innovar, sino en que las empresas usan la multitud de una manera estratégica para distanciarse de aquellos profesionales que buscan beneficiarse económicamente de ellas.
- Silberman et al. (2010) afirman que los crowdworkers no son una API (Interfaz de Programación de Aplicaciones), aunque demasiado a menudo son tratados de esta manera. Otros autores son más rotundos, como Postigo (2003), que defiende que el modelo de trabajo que utiliza el crowdsourcing (sin citarlo explícitamente, ya que en 2003 el término no existía), representa un forma emergente de explotación laboral a través de internet.
- En el caso de las iniciativas de crowdsourcing en las que solo uno de los individuos del crowd obtiene la recompensa, aparece otro problema ético. Este es el hecho de que al premiar el trabajo de un único individuo, el trabajo de otros muchos queda sin recompensa (aunque esto ya lo sabían cuando decidieron participar) y en la mayoría de los casos se deshecha.
Referente a las recompensas, en los casos de iniciativas en las que todos reciben alguna recompensa económica (como en las microtareas propuestas en Amazon Mechanical Turk), los crowdworkers suelen considerar estas recompensas muy pobres (0,04$ por etiquetar 5 imágenes, por ejemplo), lo que genera malestar y merma la motivación del crowd.
Por último, aparece el problema asociado a la naturaleza de la información que debe proporcionar el crowdsourcer. Siempre que esta información sea de naturaleza sensible o estratégica y no se quiera hacer pública, el crowdsourcing no será la mejor forma de trabajo.
Concluyendo, considero fundamental saber que tareas se pueden realizar mediante crowdsourcing y cuales no. El crowdsourcing, aunque muy útil, no es la solución para todo.
Fuente: CSBlog.
Realmente interesante, aunque un poco pesado de leer, demasiado técnico!!!