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Trabajar como traductor: Por qué y cómo empezar
Hablemos hoy de trabajar como Traductor técnico: una actividad que puede ser muy gratificante, a nivel personal y en términos de dinero.
Tu vida es importante y el trabajo es una parte fundamental de ella.
Entonces, veamos juntos si trabajar como traductor es una posibilidad real para ti y cómo puedes hacerlo.
Trabajar como traductor: Introducción
Gérard Macé, poeta y crítico y prolífico traductor francés, en su obra maestra Colportage publicada por Gallimard, define la traducción como:
Una galería de murmullos donde se oiría el eco de palabras habladas en otro idioma y, en la mayoría de los casos, en otra época.
La definición es poética, pero no imprecisa.
Trabajar como traductor es trabajar en la sombra: tomar palabras en un idioma y transportarlas a otro, con la mínima desviación posible.
Es un trabajo de locos.
El significado de una frase reunida en un determinado idioma no está determinado por la suma de sus palabras, sino también por el contexto histórico en el que se escribió la frase y sus infinitas facetas culturales.
Habiendo dejado esto claro, el traductor se torturará entre varias opciones.
¿Qué profundidad histórica para dar la traducción?
¿Destacar las diferencias entre el idioma de origen y el de destino, o reducirlas? ¿Poner la fonética en la ecuación o eliminarla?
Recuerdo la primera vez que me encontré con la Divina Comedia en español.
Me sorprendió lo mucho que podía entender. Normalmente lo leemos como lo escribió Dante en el siglo XIV.
Y por supuesto, en una página hay un 20% de texto y un 80% de explicaciones en el margen. Termina que muchos de nosotros lo dejamos tan pronto como podemos, porque la lectura es engorrosa.
La edición que encontré por casualidad fue traducida al español arcaico, pero comprensible para un mortal contemporáneo común.
Está claro que no todos los traductores gozan de esa libertad: al traducir las fichas técnicas de los muebles para una tienda virtual, hay menos dudas.
Pero incluso allí, el traductor tiene espacio para maniobrar.
En el caso de libros y revistas (novelas, poemas, ensayos, etc.), pero también en el doblaje, se debe conceder al traductor los derechos de autor.
Esto no sucede en todos los países, y es una lástima. Pero no es que los traductores disfruten de prestigio. El 99% de la población no conoce a ninguno de ellos.